Para algunas firmas el 'Brexit' no es tan malo como lo pintan
"El Brexit es la madre de todas las incertidumbres del mercado: la combinación de inseguridad jurídica, política, económica, electoral y cambiaria no genera ninguna confianza a corto plazo".
Esta opinión es de James Butterfill, director del equipo de analistas de ETF Securities, pero la podría haber firmado cualquier experto económico con una visión contraria al desmembramiento de la UE. La posibilidad de que Reino Unido salga de la Europa de los 27 asusta y mucho fuera del país. No lo hace tanto para los que la valoran desde dentro. El BCE asegura que ya tiene un plan por si llega el 'Brexit': "Estamos preparados".
Una de las principales razones es que una buena parte de las cotizadas británicas se siente cómoda con la que los analistas coinciden que será la principal consecuencia de una victoria del sí en el referéndum del 23 de junio: la depreciación de la libra. "Los inversores deberían tener en cuenta que el 67% de los ingresos de las empresas que se negocian en Londres se generan en monedas distintas de la divisa británica", explica Fidelity International, que cree que "estos ingresos se beneficiarían de una depreciación sustancial de la libra al trasladarlos al Reino Unido y, a su vez, podrían traer consigo revisiones al alza de los beneficios en las empresas que los generan".
Es más, según los datos recogidos por Bloomberg, el 78% de las 50 compañías más capitalizadas del Ftse 100, el índice de referencia británico, consigue más de la mitad de su cifra de negocio fuera del país y para un 34% el mercado británico representa menos de una quinta parte de su actividad.
Miran fuera de Reino Unido
Dentro de este último grupo, destacan mineras como Fresnillo, BHP Billiton, Rio Tinto o Astrazeneca, que apenas generan un 2% del total de sus ventas en Reino Unido, la biotecnológica Shire, que encuentra su mayor fuente de ingresos en Estados Unidos, el fabricante de semiconductores ARM Holdings, que lo hace en Asia, o la tabaquera Imperial Tobacco, cuyos ingresos están muy diversificados geográficamente.
"Fuera de las constricciones institucionales que impone la pertenencia a la Unión Europea, el Reino Unido tendría libertad para perseguir una mayor desregularización en sus mercados y aumentar su competitividad", considera AFI. "Si además suscribe otros tratados de libre comercio con terceros países, podría contrarrestar sus pérdidas comerciales con el resto de la Europa comunitaria y, en el largo plazo, incluso se beneficiaría de la evolución de las economías emergentes", continúa el consorcio de empresas de consultoría.
En el corto plazo, sin embargo, AFI advierte de que el Brexit tendrá "un impacto importante en la confianza de los consumidores, afectando a las importaciones británicas y a la disposición de los negocios del resto de la Unión Europea a comerciar con el Reino Unido, y una depreciación de la libra no sería capaz de contrarrestar por completo un aumento significativo de los costes de transacción".
A corto o a largo plazo, lo cierto es que las compañías que se enfrentan a un obstáculo mayor son las más expuestas al país porque, más allá de la caída de la libra, "la salida de Reino Unido de la UE tendrá otras consecuencias como la caída del poder adquisitivo de los británicos y un menor crecimiento económico", admiten desde Ahorro Corporación.
"El sí paralizará decisiones de inversión, subirá el riesgo país y las relaciones comerciales se deteriorarán, con el consiguiente riesgo para la estabilidad económica", coincide Victoria Torre, de Self Bank. Bancos como Barclays, empresas distribuidoras como Tesco o telecos como BT son algunos ejemplos de negocios muy expuestos a su mercado nacional.
De momento, el Ftse 100 cotiza con cierta sangre fría el riesgo de Brexit y consigue ligeras ganancias en el año. Sí pierde la libra, más de un 1%, aunque la debilidad del billete verde ha maquillado en buena parte la incertidumbre.